Curan la ceguera parcial con células madre del ojo sano
- Un británico recupera la visión de un ojo dañado con amoniaco
- Los médicos le implantaron células madres del ojo sano
- Seis meses después ve casi tan bien como antes de la lesión
Russel Turnbull, de 38 años, tenía un ojo muy dañado. Las heridas las sufrió en 1994 en Newcastle, cuando una noche en el autobús de camino a casa trató de mediar en una pelea. Uno de los hombres empezó entonces a arrojar sobre el resto de pasajeros amoniaco a chorros.
El producto químico le causó heridas en la córnea y destruyó parte de las células madre que ayudan a mantenerla sana.
"Tenía un dolor insoportable, quemaba mi ojo cerrado", relata Turnbull al diario The Guardian. "Cuando pude abrir los ojos de nuevo tras dos semanas en el hospital era como mirar a través de metacrilato rayado".
Ahora, un tratamiento experimental ideado por médicos del East Steam Cell Institute en Newcastle le ha devuelto la vista. Los médicos obtuvieron células madre del ojo sano de Turnbull y las cultivaron sobre una capa de tejido amniótico procedente de las mujeres que lo donan tras tener una cesárea.
Luego, una porción de esta membrana de la porción de un sello de correos fue transplantado en el ojo dañado del paciente.
Dos meses después, las células madre se liberaron de la membrana dejando que las células madre sanas repararan la córnea dañada.
Seis meses después, la visión de Turnbull era casi tan buena como antes del ataque.
Secuencian por primera vez el genoma de un hombre de hace 4.000 años
- El ADN se ha extraído de un pelo que se conservó congelado en Groenlandia
- Gracias a él, los científicos pueden describir cómo sería este esquimal primitivo
El trabajo, publicado en la revista Nature, además de suponer un avance sustancial en las técnicas de secuenciación de ADN, ha permitido descubrir una migración que tuvo lugar hace 5.500 años.
Es la la primera vez que los científicos han podido reconstruir el 80% del genoma nuclear que es posible recuperar de los restos fósiles. A partir de las secuencias genómicas, los investigadores han reconstruido la imagen de un individuo varón que vivió en Groenlandia hace 4.000 años y perteneció a la primera cultura que se asentó en el Ártico.
El descubrimiento se realizó mediante el análisis de un pelo que pertenecía a un hombre de la cultura 'Saqqaq' del noroeste de Groenlandia con cuatro milenios de antigüedad. Los científicos han llamado al individuo 'Inuk', que significa 'hombre' o 'humano' en groenlandés.
Aunque Inuk está más cercano a las tribus siberianas del noreste que a los modernos inuits actuales del Ártico, los científicos remarcan que el descubrimiento se realizó en Groenlandia.
El pelo del que parte el estudio se descubrió durante una excavación en el noroeste de Groenlandia en los 80 y se guardó en el Museo Nacional de Dinamarca.
Los datos extraídos demuestran que se produjo una migración de seres humanos desde Siberia hacia el continente americano distinta de las que dieron lugar a los actuales nativos americanos y a los esquimales.
Gracias a su ADN se ha podido saber su color de piel y el espesor de su cabello
Después de secuenciar su ADN, los científicos han podido utilizarlo como plantilla para dar una descripción sobre el aspecto de Inuk, incluyendo su tendencia a la calvicie, sus ojos castaños, la piel oscura, el tipo A+ sanguíneo, la forma de sus paletas dentales y que estaba adaptado genéticamente a las bajas temperaturas y hasta qué punto estaba predispuesto a ciertas enfermedades.
Según los investigadores la secuenciación del genóma pueden servir para identificar los rasgos físicos de individuos que pertenecieron a culturas ya extintas.
El hallazgo es especialmente importante porque existen muy pocos datos sobre los grupos humanos de ese momento y zona ya que apenas hay restos arqueológicos de su cultura.
Controlar el ordenador con el pensamiento.
Laura Hidalgo (1º Bac. A) propone incluir esta noticia en nuestro blog.
La tecnología básica empleada en este proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia con 130.000 euros, no es novedosa -ya se ha aplicado para usar dispositivos con la vista-, pero sí lo es su aplicación al manejo de ordenadores, "lo que hace a este proyecto único en el mundo".
"La señal no es lo suficientemente buena, pues el electrodo está en la superficie de la cabeza, a un centímetro y medio por encima de la señal y, además, se registran millones de neuronas, con lo que, por ahora, no se puede ser muy específico en las órdenes", ha especificado Fernández.
Noticia publicada en ABC (2 de Febrero de 2010)